domingo, 2 de septiembre de 2012

Inspiración y cappuccino

Lo he vuelto a hacer.

He vuelto a caer en un libro que ya me he leído incontables veces. Pero tengo una explicación, necesitaba empaparme de su estilo.

Hace un mes, mientras tomaba un cappuccino de sobre que tenía de cappuccino sólo el nombre, leí la noticia de un certamen literario de estilo libre pero con la circunscripción de que figurasen Paisajes de la Celtiberia. No me presentaba a un certamen desde aquél promovido por el Museo del Romanticismo y, ahora que tenía algo más de tiempo, decidí arriesgarme.

El caso es que me costó poco tiempo definir la línea argumental que quería, pero buscaba que el estilo narrativo fuera acorde, con reminiscencias de buenas novelas enmarcadas en la Arqueología. Enseguida pensé en dos posibles candidatas para que me inspirasen en la gestación de mi relato: "Quimaira" (de la que ya comenté algo en una entrada anterior) y "El Último Catón".


Me decanté por la segunda. Sólo necesitaba leer unas cuantas páginas para impregnarme de los giros y formas que precisaba, pero al final he sucumbido. Y ya entregado mi relato para concursar, sigo leyéndola sin que vea visos de dejarla.