miércoles, 11 de julio de 2012

Grutescos

Lo confieso. Me gusta demasiado el lenguaje florido, y agradezco sumamente que el castellano se preste a ello. Sí, sé perfectamente que muchos de nuestros grandes escritores y poetas eran más puros y declarados, escribían sin circunloquios ni florituras, basándose en la sencillez, que no simplicidad, del lenguaje. Y también me gustan.

Pero no sé por qué motivo prefiero el barroquismo a la hora de redactar. Es algo que hago desde niña, ni me lo planteo. Es más, me cuesta un esfuerzo ímprobo intentar escribir llanamente.


Quizás me influyó demasiado en su momento el Príncipe de las Tinieblas con su "Soledades", y no, no estoy hablando del ángel caído ni de Ozzy Osbourne, sino de Góngora y su famoso periodo de oscurantismo e ininteligibilidad.


Luis de Góngora y Argote

Por alguna razón que no me atrevo a dilucidar, creo que es asaz sugestivo que no me den todo masticado, tener que hacer uso de ese cociente intelectual de 100 que se nos presupone. Obviamente no todo lo que leo sigue este patrón, ni siquiera lo procuro. Pero qué queréis que os diga, disfruto más con las obras en las que me devano los sesos, y no exclusivamente a causa del argumento.

Sé que mi determinación por esta corriente no atrae precisamente a las masas, incluso puede que tampoco a las minorías. Una vez, una amiga me dijo que no debía cambiar para que me leyese más gente, que el modo de escribir era algo muy personal y característico, aún más, una manera de distinguirse del resto. Pero estaría eludiendo el hecho de que si tengo un blog es porque quiero que se lea, sino estaría escribiendo un diario.


Y he ahí mi pregunta (que por supuesto me gustaría que alguien respondiese y no sólo el eco):

¿Adapto mi estilo para que sea accesible a la mayoría?

P.S.: Le dedico esta entrada a mi pareja, el cual no pudo llegar a la mitad de la anterior publicada. Sé que la separación entre filigrana y pedantería es a veces una línea muy fina.

4 comentarios:

  1. jajajaja, yo creo que alguna palabra barroca está bien, igual el exceso lo recarga. Vale, sí, lo que viene siendo el Barroco...
    Al menos sabemos que cuando hablas no metes frases imposibles de entender sin un diccionario de bolsillo a mano, o Internet en el móvil. Alguna palabreja que otra para quedarte O_o (yo a veces desconecto en ese instante mientras pienso reiteradamente "qué habrá querido decir"), y personalmente me parece que es un rasgo a destacar. Bien por ti.

    P.D te queremos

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  2. Hola
    Dices que "confiesas" algo por lo que te tendríamos que felicitar. Creo que no deberías disculparte por utilizar un castellano florido que (discrepo de ti, excusa) no es enemigo de "llano". Al menos, no siempre lo es.
    Por ejemplo: dices que se nos supone un 100 de cociente intelectual. ¿Sabes que casi todos decimos "coeficiente intelectual"? Lo habrás verificado, seguro. ¿Es rebuscado ser purista y utilizar el término correcto? No, sencillamente es así..
    Saludos
    Juan Ignacio

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  3. Yo misma debo reconocer que hasta prácticamente los 15 años también decía "coeficiente intelectual"... Gracias, E.S.O.
    Sé que está mal culpar a otros de las propias faltas, pero es que la E.S.O. hizo mucho daño en demasiadas generaciones.

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