domingo, 2 de septiembre de 2012

Inspiración y cappuccino

Lo he vuelto a hacer.

He vuelto a caer en un libro que ya me he leído incontables veces. Pero tengo una explicación, necesitaba empaparme de su estilo.

Hace un mes, mientras tomaba un cappuccino de sobre que tenía de cappuccino sólo el nombre, leí la noticia de un certamen literario de estilo libre pero con la circunscripción de que figurasen Paisajes de la Celtiberia. No me presentaba a un certamen desde aquél promovido por el Museo del Romanticismo y, ahora que tenía algo más de tiempo, decidí arriesgarme.

El caso es que me costó poco tiempo definir la línea argumental que quería, pero buscaba que el estilo narrativo fuera acorde, con reminiscencias de buenas novelas enmarcadas en la Arqueología. Enseguida pensé en dos posibles candidatas para que me inspirasen en la gestación de mi relato: "Quimaira" (de la que ya comenté algo en una entrada anterior) y "El Último Catón".


Me decanté por la segunda. Sólo necesitaba leer unas cuantas páginas para impregnarme de los giros y formas que precisaba, pero al final he sucumbido. Y ya entregado mi relato para concursar, sigo leyéndola sin que vea visos de dejarla.


Y es que este libro siempre me ha cautivado: el argumento, los personajes, las localizaciones, la cantidad de datos históricos en los que puedo profundizar por mi cuenta... Vale que el final (tranquilos, que no voy a desvelar nada) a mi parecer, Matilde Asensi lo escribió con un porro (o dos) de más; pero habiendo leído "La Dama Número Trece", esas salidas las consiento bastante.

Mi hermana es una auténtica fan de esta escritora, pero qué queréis que os diga, después de leer "El Último Catón" cogí otro suyo, "Iacobus", dispuesta a encumbrarla entre mis escritores actuales favoritos, como Pérez-Reverte o Eduardo Mendoza, y tuve que desistir. "Iacobus" no me conquistó. Ni de lejos.

Será que a veces, soy lectora de un solo libro de autor, las demás obras que escriba, me sobran. Eso no quiere decir que, algún día superando mi pereza, escoja otro de sus libros y, elevándola rauda al Olimpo Literario, me mortifique por no haberlo hecho antes. Pero de momento lo voy a postergar, me conformo con terminar "El Último Catón" por decimoquinta vez y que me deje la misma agradable sensación que la primera.


No hay comentarios:

Publicar un comentario